EL MAYOR MIEDO DEL SIGLO XXI

28.02.2023

No hay "huevos" a sentir...

Solía creer que el mayor miedo que teníamos las personas, nuestras principales barreras ante muchas circunstancias de la vida eran: el miedo al fracaso y/o el miedo al rechazo. Pero estos últimos años he cambiado esta percepción. Tras analizar el paradigma actual que nos viene aconteciendo, creo que el mayor miedo que tenemos actualmente las personas es el miedo a sentir... ¿El MIEDO a SENTIR?

Pues sí, creo que no sabemos sentir en muchas situaciones, o huimos de hacerlo o no lo gestionamos eficazmente, y si no sabemos sentir ¿Cómo vamos a saber decidir? ¿lo habéis pensado? 

Le vengo dando algunas vueltas a esto desde el COVID, observando y escuchando a la gente y, de verdad, creo que el mayor impedimento que, además, nos autoimponemos actualmente, es saber sentir, saber hacerlo, y saber expresarlo, claro. Ser capaces de mostrar lo que se siente y cómo. Hay miedo a nuestra propia humanidad, gracias al desconocimiento que tenemos de la misma, y nos limitamos e impedimos ver más allá muchas veces.

¡Sí, el miedo a sentir! 

Por un lado, según lo veo, venimos de un sistema educativo que no nos ha enseñado sobre funciones y procesos cognitivos, sobre las diferentes partes del cerebro, como se ven involucradas entre sí y en qué procesos, sobre nuestros propios mecanismos y herramientas mentales, nuestra neuroplasticidad, sobre nuestras propias fortalezas, emociones, y sobre como desarrollarlas, a aceptar, normalizar, cooperar…, parece que la cosa poco a poco va cambiando, muy lento para mi gusto, pero bueno, menos es nada. El caso es que, aunque ahora se estén dando algunos cambios, a gran parte de la población ya nos pilla tarde, y el peso y responsabilidad de esto recae íntegramente sobre nosotros...

¡Ay!...más responsabilidades... ¿eh? :_)

Por otro lado, está nuestra necesidad, cada vez más imperativa, de adaptarnos a un entorno cambiante, un entorno denominado actualmente como VUCAH (Volátil, incierto, complejo, ambiguo e Hiperconectado), que nos expone diariamente ante la respuesta y estímulo de miles de nuestros procesos mentales, y que cada vez que procesamos la información, nos hace sentir. ¡Sí, sentir!, de manera más o menos consciente y/o automática, pero sentir. Es imposible separar la cognición de la emoción, están íntimamente vinculados en el cerebro. El cerebro es un conjunto intercomunicado e interconectado, si piensas, sientes y si sientes, piensas, esto es así.  

Por lo tanto, tenemos un cóctel muy retador hoy día para las personas en cuanto a nuestra propia gestión emocional y personal, de la gestión de nuestro potencial y de nuestro desarrollo. No sabemos tanto cómo nos creemos de emociones, por más edad que tengamos, es más, en muchas situaciones, o no somos conscientes de ellas o las rehuimos.

Nos han trasladado socialmente que no hay que mostrarlas, que hay que practicar la contención, que nos hacen vulnerables, que son pecaminosas incluso,... y ni lo uno ni lo otro, las emociones debemos aprender a procesarlas y gestionarlas. Ni evitarlas, ni hacer que estallen, simplemente, afrontarlas con naturalidad para ir más allá. A veces, parece que no podemos permitirnos sentir, parece que está feo, que es un tabú y, al mismo tiempo, tenemos la necesidad de sobrevivir gracias a las emociones, y a su influencia sobre nuestras decisiones. ¿Qué lío no?

Por un lado, el entrono VUCAH, por otro la influencia sociocultural que nos haya tocado, y, por otro, la ausencia de educación emocional, de estrategias y herramientas personales adecuadas para afrontar la vida,...

!Boom!

¿Qué pasa? ¿Será normal que nos de miedo sentir ahora mismo?, si no sabemos ni cómo funciona nuestra maquinaria, ¿Cómo la conducimos?.

Quiero compartir con vosotros unas breves reflexiones que me he encontrado esta mañana:


Este tipo de pensamientos, esa sensación de estar abrumado, perdido, que nos impide organizar nuestra mente, este bombardeo de información constante, falta de herramientas personales, esos momentos de bloqueo que atravesamos en ocasiones las personas... ¿no vendrá por estar desconectados de nosotros mismos? ¿desconectados de ver lo que pasa en nuestra maquinaria? ¿no será lo que hace a las personas que activen el piloto automático, y deleguen el control de la maquinaria al subconsciente, al azar, al horóscopo, al poder cósmico, a la agenda y rutina diaria? 

Cuándo activamos este piloto automático, sin ser conscientes, pasamos por alto muchas de nuestras emociones y pensamientos relevantes. Esto hace que no nos paremos a procesar lo que sucede en nuestro interior, ni nos concedamos el tiempo de procesar nuestras ideas y gestionarnos a nosotros mismos. Hacer uso de nuestra capacidad de autorreflexión, y hacer el ejercicio de ponernos sentido a nosotros mismos y nuestros pensamientos, es muy importante. ¿Quieres bailar el ritmo a tu son, o al que te marquen factores externos?.

Cuando perdemos el foco en nosotros mismos, en descubrir lo que es relevante a nivel interno para nosotros, es muy complicado gestionar cualquier tipo de escenario que nos suponga una carga emocional elevada, pues nuestros pensamientos no han tenido momento de ser organizados, nuestros mecanismos mentales no están acostumbrados a tener en cuenta ciertas variables críticas para nosotros (o no las tenemos ni identificadas), no les hemos dado importancia, sentido a nuestras ideas, y no nos hemos permitido aceptarnos, elegirnos, dejarnos fluir con las diferentes circunstancias de la vida.

Nos han enseñado que hay emociones positivas y negativas… flaco favor con la descripción que hemos heredado. Deberíamos interiorizar que TODAS LAS EMOCIONOES son FUNCIONALES, ni positivas, ni negativas, son ADAPTATIVAS. Todas y cada una de ellas tienen su razón y motivo de ser y, sin ellas, no habríamos podido sobrevivir ni adaptarnos al medio cambiante con éxito.

Como es lógico, hay emociones que nos generan un mayor estado o sensación de placer y satisfacción, pero ¿eso es siempre bueno? ¿vivir sólo de deseos o impulsos?. Piensa que, a veces, "las buenas emociones", no son tan buenas en exceso, recuerda que las adicciones tienen su origen en esa conexión con las emociones "positivas" que se producen en nuestro sistema de recompensa interno. Cuidado con no diferenciar placer y felicidad. 

Claro está que nos es más fácil recurrir a la evasión, a la huida de ciertos pensamientos y circunstancias que nos ponen más incómodos, a tener que invertir tiempo y esfuerzo en afrontarlas de otra forma, pero no vamos a conseguir mucho al huir en vez de al afrontar los diferentes acontecimientos, personas, puntos de vista... sólo la falsa sensación de que ese problema no está en ese momento, lo que no deja es de existir y hacerse bola.

Sin embargo, para poder seguir evolucionando, y creciendo como persona, es necesario ser capaz de aceptar y procesar nuestras emociones, nos ayuda a enfrentar con más calma y naturalidad los eventos, se reduce nuestro nivel de estrés, y la sensación de incomodidad que nos pueda producir cualquier estímulo. Trabajar la actitud y los mecanismos de afrontamiento nos ayudarán a gestionar los distintos retos con mayor facilidad y éxito. Y, a eso, compañeros, no nos han enseñado cuándo éramos pequeños por lo general (siempre hay excepciones, claro). Sentir no es fácil, pero es necesario.

Lo cierto es que, en la medida en la que más intentamos apartarnos de determinados pensamientos y emociones, más se anclan en nuestro interior y se incrementan. Cuándo evitamos algo, le pasamos ese trabajo al subconsciente, que va a hacer lo que quiera sin que tú lo entiendas, porque has querido evitarlo, no estas mirando dentro, lo cual provoca que pierdas el control en ello, porque desaparecer, no desaparece por arte de magia.

En la medida en la que te quieras hacer inconsciente de algo, este algo se apoderará de ti, y tomará el rumbo por ti sin tu haberte parado a pensar que quieres hacer con ello realmente, y terminará saliendo de la forma que menos te esperes, porque siempre sale por algún lado. 

- ¿De qué huyes?, si lo que llevas dentro, te seguirá a dónde vayas.

Todo esto me hace pensar, que es cuándo perdemos el foco en nosotros mismos, cuándo nos desviamos de intentar encontrar el sentido de nuestras vidas, encontrar el sentido a nuestro sistema de creencias y de valores, es cuando nos desvinculamos de poder encontrar nuestra felicidad, qué importante, ¿verdad?.  La vida no te lo va a dar hecho, no, y no a todo el mundo le funcionan las mismas herramientas, estrategias, ni los mismos modelos o patrones, pero se ha vuelto imperativo que aprendamos sobre nuestra propia gestión emocional, nuestras fortalezas, nuestras ideas, valores, motivos, y que empecemos a conseguir una sensación de consistencia entre nosotros y nuestra vida.

 Cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces tienen coherencia, van en consonancia y consigues consistencia con respecto a lo que eres como persona. No es fácil, no siempre está completo de buenas sensaciones, pero es la inversión que más te va a merecer la pena.

Tener miedo a sentir es como tener miedo a la vida. Si no fluyes con lo que sientes, ¿Cómo esperas avanzar con tu vida, y que la vida fluya contigo? ¿si no te permites ser consciente de lo que piensas y sientes, si no te permites hacer conscientes a los demás, qué esperas conseguir?. 

Parece un poco contraproducente, pero huimos de sentir cuándo es lo principal que tenemos que hacer para atravesar cualquier circunstancia, para tener en cuenta toda la información antes de tomar una decisión, cuándo es la que nos va a orientar y alertar en muchas áreas de la vida.

Para ser justos y honestos con nosotros, no lo hemos tenido fácil socioculturalmente tampoco. Hace poco he visto una serie, que os recomiendo la verdad, llamada "Machos Alfa", pone en punto de inflexión muchas cuestiones socioculturales que influyen diariamente en nuestra capacidad para procesar o percibir muchas circunstancias en la vida adulta, con el característico toque de humor español, pero que hace referencia a ideas, pensamientos, creencias, estereotipos, y prejuicios sociales que vienen de la mano de nuestra herencia cultural, y muchos de ellos siguen siendo "tabú" en diferentes entornos.

¿No será ese ejercicio el que tendríamos que hacer más a menudo, cuestionarnos a nosotros mismos? ¿cuestionárnoslos todo? 

Una de las cosas que más interesante me ha parecido en esa serie, y que me merece la pena reflexionar al hilo del tema de la gestión emocional, es el curso que promocionan cómicamente en la serie, pero que, yo personalmente, no me lo tomaría tan a broma…, el denominado "Curso de Deconstrucción de la masculinidad tóxica" para "machirulos" (o algo así). 

Pero, sinceramente, la cultura la hemos procesado hombres y mujeres a lo largo de los años, si pensamos que el género femenino está exento de la influencia cultural machista, y de otros tipos de creencias sociales, nos confundimos (llorar es de débiles, expresar tus emociones te hace vulnerable, el sexo es para procrear y no para obtener placer, !es una guarra!, eso es de chica, eso es de chico).

Pienso muy sinceramente que necesitaríamos todos un buen curso de ¨Deconstrucción de la cultura tóxica¨ en general, pues hay muchas creencias que tenemos muy interiorizadas, que nos suponen un limitante, de las que no somos conscientes y, por lo tanto, nos impiden avanzar, nos lleva a movernos en círculos, sin poder apreciar el motivo por el cual algo no va bien realmente, el por qué repetimos los mismos errores, patrones, el por qué a veces nos vemos anclados en distintas circunstancias, o no tenemos claro porqué nos sentimos de "x" forma. Lo desconocido, siempre da miedo ;P.

Al final, muchas cosas "nos ponen" incómodos porque nos generan discrepancias internas. Pero, realmente, no son los hechos, las circunstancias, o las personas las que "nos ponen" nerviosos, o son causantes de nuestra propia incomodidad, sino que somos nosotros mismos, con nuestros propios pensamientos o la evitación de los mismos, con nuestros mecanismos de afrontamiento o la carencia de ellos, quienes nos generamos esa disonancia cognitiva, esa sensación de incomodidad, nerviosismo, inquietud... Cuándo nos justificamos con factores externos, es decir, damos una atribución externa a nuestras emociones, en lugar de interna, eso nos aleja de la responsabilidad que tenemos en este sentido, y nos aleja de empoderarnos para poder modificar la circunstancia y nuestras conductas al respecto. 

Cuando lo que pensamos, decimos, y hacemos no va en concordancia, si actuamos en un sentido diferente al que suele ser el de nuestro sistema de valores o creencias, se da este fenómeno conocido como disonancia cognitiva, que se traduce en esa sensación de incomodidad o mal estar que experimentamos internamente. Asumir la responsabilidad que tenemos nosotros mismos con respecto a cómo percibimos los acontecimientos, con qué actitud respondemos a las diferentes circunstancias, es muy importante para nuestro desarrollo. Autoengañarse y huir es el mecanismo fácil, ponerse a analizarse y cuestionarse a uno mismo es la labor complicada, a veces dolorosa, o muy dolorosa, pero necesaria si queremos ver más allá de nosotros mismos, y encontrar nuestro propio camino.

Las emociones y la toma de decisiones están muy ligadas, la actitud con la que decidamos enfrentarnos o no a algo, es lo que va a determinar el aprendizaje y/o el éxito en cada situación, y en la medida en la que más nos ejercitemos, más sencillo nos resultará todo. El primer día que te pegas una maratón en el gym, tienes agujetas, a medida que ejercitas tu cerebro, las agujetas emocionales también se pasan. 

Aprender a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, no tiene precio, tiene VALOR. Porque, sí, son siempre las pequeñas cosas para nosotros, los detalles más pequeños los que nos marcan, las emociones dejan su huella en nuestra memoria. Disfrutar de procesar las emociones en cada momento, sentirte cómodo con ellas, es difícil, pero si lo consigues, aunque no siempre se puede conseguir, cuestión de práctica y experiencia, si lo haces, podrás sacarle el máximo partido y rendimiento a fluir con cada momento. 

Espero que os haya gustado este artículo con mis reflexiones o, al menos, que os haya hecho reflexionar a vosotros, cuestionaros, y ser mas conscientes de la importancia que debemos darnos a nosotros mismos, a trabajar nuestras creencias, valores, motivos vitales, y a la repercusión que nuestra interacción tiene en este sentido con los demás, y con el entorno. 






@Psicomotivate_coaching Aitana Santos Asenjo
© 2019 El Blog de Psicomotívate_Coacching. Todos los derechos reservados.
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar